El placer es un contento del alma; es un contento vivencial producto de la mente en resonancia y consecuencia de aquello que le satisfaga.
El espectro del placer es muy amplio, tan amplio como la propia conciencia del que experimenta esta condición. Es un estado mental que solo nosotros podemos elegir de acuerdo con los deseos formulados.
Esta condición que podemos elegir momento a momento se manifiesta una vez que nos sentimos livianos, alegres, lejos de las culpas, los remordimientos y los miedos.
Es más, muchas veces tenemos esos momentos de contento aún en medio de aflicciones y sufrimientos.
El placer se puede expresar en cualquier nivel de conciencia, por ejemplo, el placer de cuando encontramos a alguien que nos ama, es entonces cuando este placer parte por ser un efecto curativo en todos los niveles individualmente, por más cortos y fugaces que sean los momentos de placer y felicidad, la salud física, mental y emocional se ven beneficiadas enormemente.
El problema radica cuando nos aferramos a estos placeres y nos atormentamos obstinadamente por permanecer en ese estado, entonces el miedo toma la delantera alejándonos del placer, entonces la polaridad se manifiesta en su totalidad. Donde quiera que haya placer, existirá el miedo porque el uno es inseparable del otro.
La felicidad es una actitud de nuestra sabiduría, donde ponemos la mente y nuestros niveles de contento.
Los placeres no solo son físicos y sensoriales, que pueden ser tan fugaces como reactivos y en la medida que el espectro de conciencia va subiendo más profundo será el placer y el éxtasis que vayamos a encontrar en el camino del día a día.
El placer lo podemos experimentar a todos los niveles, esa capacidad va en relación total con el momento presente, cuando gozamos de lo que estamos vivenciando, cuando no existen expectativas con nadie, ni a través de nadie. La felicidad es un eterno ahora, porque no sabemos si podremos ser felices mañana y lo pasado, ya se fue, la comunión con el AHORA es radical, ya que mi felicidad no puede depender más que de experimentar la comunión con la naturaleza, con los que nos rodean o ir más allá y sentir la identificación con Dios, con el ser total, el Self.
Pero este es el momento de permitirnos ser totales, conscientes y gozar de cualquier situación por la que estamos pasando, incluyendo hasta las tragedias, el proceso que significa estar aquí y ahora.
Preguntas para mi Reflexión:
El espectro del placer es muy amplio, tan amplio como la propia conciencia del que experimenta esta condición. Es un estado mental que solo nosotros podemos elegir de acuerdo con los deseos formulados.
Esta condición que podemos elegir momento a momento se manifiesta una vez que nos sentimos livianos, alegres, lejos de las culpas, los remordimientos y los miedos.
Es más, muchas veces tenemos esos momentos de contento aún en medio de aflicciones y sufrimientos.
El placer se puede expresar en cualquier nivel de conciencia, por ejemplo, el placer de cuando encontramos a alguien que nos ama, es entonces cuando este placer parte por ser un efecto curativo en todos los niveles individualmente, por más cortos y fugaces que sean los momentos de placer y felicidad, la salud física, mental y emocional se ven beneficiadas enormemente.
El problema radica cuando nos aferramos a estos placeres y nos atormentamos obstinadamente por permanecer en ese estado, entonces el miedo toma la delantera alejándonos del placer, entonces la polaridad se manifiesta en su totalidad. Donde quiera que haya placer, existirá el miedo porque el uno es inseparable del otro.
La felicidad es una actitud de nuestra sabiduría, donde ponemos la mente y nuestros niveles de contento.
Los placeres no solo son físicos y sensoriales, que pueden ser tan fugaces como reactivos y en la medida que el espectro de conciencia va subiendo más profundo será el placer y el éxtasis que vayamos a encontrar en el camino del día a día.
El placer lo podemos experimentar a todos los niveles, esa capacidad va en relación total con el momento presente, cuando gozamos de lo que estamos vivenciando, cuando no existen expectativas con nadie, ni a través de nadie. La felicidad es un eterno ahora, porque no sabemos si podremos ser felices mañana y lo pasado, ya se fue, la comunión con el AHORA es radical, ya que mi felicidad no puede depender más que de experimentar la comunión con la naturaleza, con los que nos rodean o ir más allá y sentir la identificación con Dios, con el ser total, el Self.
Pero este es el momento de permitirnos ser totales, conscientes y gozar de cualquier situación por la que estamos pasando, incluyendo hasta las tragedias, el proceso que significa estar aquí y ahora.
Preguntas para mi Reflexión:
- ¿Cual es mi placer favorito?
- ¿Cuando siento placer?
- ¿Que hago en mi beneficio para aumentar el gozo y mi felicidad?
- ¿Cuales han sido tus mis momentos más felices?
- ¿Eres feliz ahora? ¿Lo has sido alguna vez?
María Soledad Peñafiel
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