Necesitamos un profundo despertar místico que no se parezca a ninguno que el planeta haya podido presenciar antes, un despertar místico que sea auténticamente planetario, que haga aflorar la sabiduría y la mística, que ponga en práctica y haga justicia a las tradiciones de sabiduría de todas las religiones y culturas.
De un despertar místico de esta naturaleza podrá, seguramente nacer la “paz en la tierra” que la creación ha anhelado desde que fue prometida. La paz "en la tierra" no puede ser real sin paz “con la tierra" y paz entre todas las criaturas de la tierra.
Intentemos esta semana de envolver como un todo lleno de luz a la Tierra y enviar nuestros mejores pensamientos durante cada día de esta semana.
Al levantarnos, empezando así nuestro mejor servicio al abrir nuestros ojos. Esta luz que enviamos también nos bañará a nosotros durante el quehacer del día. La luz de nuestro interior.
María Soledad Peñafiel
De un despertar místico de esta naturaleza podrá, seguramente nacer la “paz en la tierra” que la creación ha anhelado desde que fue prometida. La paz "en la tierra" no puede ser real sin paz “con la tierra" y paz entre todas las criaturas de la tierra.
Intentemos esta semana de envolver como un todo lleno de luz a la Tierra y enviar nuestros mejores pensamientos durante cada día de esta semana.
Al levantarnos, empezando así nuestro mejor servicio al abrir nuestros ojos. Esta luz que enviamos también nos bañará a nosotros durante el quehacer del día. La luz de nuestro interior.
María Soledad Peñafiel
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