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lunes, 8 de febrero de 2010

Soledad

Hay ocasiones en la vida cuando podemos estar rodeados de amigos y familiares, y aún así sentirnos mucho más solos, pero hay otros que tienen una vida solitaria porque viven solos. Una clase de soledad es mundana, ya que por una serie de razones, la persona debe vivir diferente, porque a pesar de que uno vive rodeado de otros, se experimenta una soledad interior.

Hay muchas formas de soledad, pero llega un momento en que los estudiantes místicos deben dar ciertos pasos en el sendero completamente solos, y no pueden depender de la guía y ayuda de los amigos y maestros.

Necesitamos encontrarnos más con nuestro ser interno, de modo que establezcamos una compañía divina la cual siempre demostrará ser una fuente de inspiración y solaz para la larga jornada que tenemos por delante.

En las primeras etapas de estudio, el místico descubre con frecuencia que su nuevo conocimiento y experiencias entran en conflicto con los puntos de vista y las opiniones ortodoxas de sus amigos y familiares. Es entonces cuando debe decidir si continúa en esta senda, la cual puede solamente acrecentar las diferencias. Debe poseer la fuerza interior y la determinación de proseguir; puede evocar de su propio interior la compañía de la luz divina, la cual está siempre lista para proveer gran iluminación en su camino.

Formas de soledad

La soledad que sentimos en el plano físico puede ser superada asociándonos con otros de pensamiento similar. Pero debemos hacer un esfuerzo si queremos atraer a otros, y es nuestro carácter el que provee la fuerza de atracción que produce armonía entre los amigos.

En el plano mental, un sentimiento de soledad puede ser vencido a través de un serio estudio de aquellas cosas por las que la mente se siente atraída consciente o inconscientemente. La inquietud puede ser transformada en un interés consumidor una vez que descubrimos aquellas cosas que encontramos intrigantes y dignas de nuestra investigación.

Sin embargo, la soledad del alma que clama un reconocimiento es una experiencia totalmente diferente, y hasta que nos damos cuenta de este profundo llamado interno, el cual puede conducirnos finalmente a una unión con la triple naturaleza de nuestro ser, no puede existir verdadera paz mental para nosotros. La experiencia de soledad puede ser una bendición disfrazada si nos conduce al verdadero camino de la armonía mística.

---Robert E. Daniels, F.R.C.

jueves, 4 de febrero de 2010

El Poder dentro de si mismo

El Hombre posee ilimitado Poder, aunque en general no lo sabe. Pero es bueno que primero nos preguntemos qué significa la palabra PODER.


Poder es autoridad, dominio, imperio sobre una cosa. ¿Quién de uds. Podría decir no quiero Poder, no quiero dominar nada, no deseo nada, etc.?


Siempre se desea tener y obtener algo que nos brinde más oportunidades. No es el poder de la vida cotidiana, de la voluntad finita o de la mente humana al que me voy a referir, sino mas bien, al que trascienda a éstos, a un Poder Espiritual que es de un orden más elevado que el físico.


Este Poder que está latente y oculto en el interior del Hombre, hasta que éste haya evolucionado lo suficiente como para que se le pueda confiar el ejercicio de tal poder.


El pensamiento es un Poder Espiritual de formidable potencia, ya que es el pensamiento el Poder Creador, pero tampoco es ese poder al que me referiré. Por medio del pensamiento el Hombre puede elevarse y ponerse en contacto con el Influjo Divino. Su pensamiento es el arma más poderosa, porque con el puede dirigirse al infinito o apartarse de su fuente divina.


Es a través de su chispa divina, que mora en su interior, que el Hombre esta inseparablemente unido al Infinito.


La Vida y el Poder Divino serán suyos en cuanto se dé cuenta que son suyos. En tanto que ignore su unidad con la Fuente Divina de toda la Vida, será incapaz de apropiarse del Poder que es realmente suyo; pero cuando penetre en ese conocimiento interno, es que se encontrará en posesión de infinito poder e ilimitado recurso.


Todos deseamos realizar algo determinado, todos de alguna manera estamos aquí para conseguir algo, como para ampliar el conocimiento, para alcanzar una mejoría en los negocios u oficina, en las relaciones personales, etc. Todos perseguimos un objeto que nos brinde el éxito en la vida ¿Cuál es la finalidad? Es alcanzar la felicidad.


El conseguir la realización de nuestros objetivos requiere cierta dosis de dirección o impulso. Nosotros mismos debemos generar nuestra propia dirección. La mayor satisfacción por el logro de nuestros anhelos surge de nuestro interior.


Para lograr alcanzar la meta, para lograr realizar algo, se requiere trabajo, constancia, perseverancia y por sobre todo Voluntad.


La Voluntad es el principio fundamental por el cual lograremos nuestros objetivos, la Voluntad es el acto intencional de inclinarse o dirigirse hacia algo. El facto importante que debemos agregar es la decisión, tomar la resolución y la determinación de ejercer nuestro poder para llevar a cabo la gestión.


Indudablemente es importante saber lo que uno quiere y a donde va, si no, no resulta. ¡Cómo vamos a conseguir un poder sin saber en qué lo vamos a utilizar!


Muchas veces vamos por el camino de la menor resistencia, sin planificar, sólo deseando un poder sin objetivos, los objetivos deben ser trascendentales, sin conectarnos con el mundo de la ilusión y las falsas perspectivas, sino que nos conecte con el Poder Creador que nos haga infinitos y verdaderos en nuestro quehacer. Tal poder atrae a todos aquellos que siguen el nivel común. No debemos permitir que esto nos suceda; se requiere una resolución firme y un temple de guerrero.


Así viene la grandeza. Este temple, conservándolo vivo y dinámico, es como se llega a la madurez y para ello se requiere tanto de la fuerza interna como de la externa.


Cada uno de nosotros sabemos que vale la pena intentarlo, vale la pena hacer el esfuerzo. Para esto la edad no es barrera, el joven y el viejo pueden de igual manera llegar a la realización. El logro de nuestros objetivos y la madurez mística sólo se alcanza trabajando para conseguirlo. La vida está llena de nuevas experiencias y debemos aprender a adaptarnos pronto a ellas, sabemos que cada día trae sus inconvenientes que debemos hacerles frente filosóficamente y con la mayor armonía posible según nuestra comprensión, y de ahí proviene la Tolerancia. Y es ahí, en ese momento, cuando el Poder Interior debe brotar com una gran fuente de abundancia que nos permita saciar, manejar y saborear las dificultades que cada día nos permiten fortalecernos y crecer en nuestra evolución.


----Maria Soledad Peñafiel Y.

martes, 29 de septiembre de 2009

Sanar el Sufrimiento

Contrariamente a lo que podríamos pensar, dejar de sufrir no depende fundamentalmente de que alguien nos dé unas “herramientas perfectas”, sino básicamente de tres cosas:

Darnos cuenta de que sufrimos, o lo que lo que lo mismo, ser capaces de observarnos a nosotros y a nuestro sufrimiento.

Elegir dejar de sufrir, y manteniendo esta decisión con perseverancia.

Dejar de resistirse, al proceso de sanación, a aceptar y expresar conscientemente en un entorno seguro las heridas emocionales y a hacer “lo que toca hacer” en cada momento.

Luego vienen las herramientas, para ayudar a facilitar el proceso, unas más adecuadas que otras dependiendo de la personalidad de cada uno y las circunstancias concretas en las que estemos, pero el proceso básico es ese.


IDENTIFICAR EL SUFRIMIENTO

Podemos decir que sufrimiento emocional es cualquier estado distinto a sentir el amor y la alegría tranquila en nuestro pecho. Cualquier otro estado emocional, mental o físico es indicador de que algo no anda del todo bien, o lo que es lo mismo, hemos encontrado una pista de donde podemos sanar un componente del sufrimiento emocional en nosotros. Esto no quiere decir que tengamos que estar obsesionados con “depurarnos”, sino simplemente tomar consciencia de que si queremos tenemos ahí una puerta que explorar

Cuando abrimos una de esas puertas y comenzamos a bucear en ellas, podemos ver que las emociones se organizan de manera natural en capas por las que vamos a ir pasando, y que a modo de orientación podríamos decir que es algo como esto, de lo más externo a lo más interno:

• Negación, euforia, aburrimiento, cansancio. También dolor físico, resultado de enterrar el dolor emocional.

• Cabreo.

Resignación, autocastigo, autocrítica, culpa, autolimitación.

• Miedo

• Dolor, herida emocional.

El observador y el escenario

Para que uno pueda “estar bien” cuando las cosas van mal sin caer en la negación es imprescindible que identifiquemos al menos dos partes de nosotros, el yo que experimenta y el yo que observa.

El observador es el punto de partida imprescindible, es la parte interna de nosotros que es capaz no sólo de observar y “darse cuenta” de qué ocurre no sólo en nuestro entorno físico, sino también en las partes más externas de nosotros: nuestro cuerpo, nuestra emociones, y nuestros pensamientos, como si estas partes de nosotros fueran también parte del escenario.

El observador tiene la curiosa característica de que existe en un “espacio interno de armonía perpetua”, desde el cual sin embargo puede ser consciente de la inarmonía “externa”. Cuanto más estás en estado de “observador”, más sientes la armonía interna. Cuanto más sientes la armonía interna más estás en estado de observador. Normalmente estamos oscilando en estados intermedios, observamos pero aún nos sentimos identificados con el yo externo – el ego, los pensamientos, emociones y sensaciones físicas – y el observador es como una voz, un guía interno que nos apoya y nos ayuda a tomar consciencia del sufrimiento emocional. Pero hay ciertos momentos de sanación emocional, de pequeños “satoris” de comprensión cuando procesamos un asunto emocional que realmente nuestro punto de autoconciencia da el salto por un momento al otro lado y realmente sentimos que somos el observador y vemos a nuestro ego, nuestra personalidad externa y sus esfuerzos por sanarse con un sentimiento de honor y ternura infinitas, y comprendemos como “todo está bien”, que aunque haya problemas por resolver, el escenario en si es una oportunidad y el hecho que podamos actuar en el es un regalo. Ahí empezamos a experimentar lo que realmente significa “amarse a uno mismo”. Claro que ese estado normalmente dura un momento y pronto volvemos a nuestra perspectiva desde el lado de la personalidad externa, pero esa experiencia queda ahí, hemos abierto un camino y cada vez que lo volvamos a experimentar ensancharemos ese camino.

El proceso llamado Iluminación, al menos su estado más básico ocurre cuando nuestro punto de consciencia se asienta permanentemente “al otro lado”, en el “lugar interno de armonía”, observando y comprendiendo de esa manera especial que “todo está bien”. Pero este estado permanente, al contrario de lo que se suele pensar, no está relacionado a los años de prácticas de trabajo interior, sino que puede suceder a cualquiera espontáneamente, en cualquier momento de la vida. Las prácticas son una ayuda para acercarnos a ese estado mientras no sucede naturalmente, porque tomamos consciencia de que es más beneficioso para nosotros, y para acostumbrarnos a vivir la vida cotidiana desde esa perspectiva “iluminada” con normalidad, pero el “salto” puede ocurrir en cualquier momento y el único factor que parece ser realmente importante es la no resistencia al proceso.


ELEJIR DEJAR DE SUFRIR

Obstáculos para elegir dejar de sufrir

El sufrimiento es un mecanismo natural desarrollado para ayudarnos a sobrevivir, al ayudarnos a identificar las situaciones que nos hacen daño, por lo que cuando nos proponemos ir desactivándolo para comenzar a funcionar con el “programa más refinado” que es la autoconciencia, nos encontramos con mecanismos de protección que son básicamente miedo, pero que pueden disfrazarse muy habilidosamente en forma de creencias limitativas aparentemente ciertas intelectualmente. Pero con un poco de distanciamiento, observando el cuadro general que nos pintan podemos identificarlas fácilmente porque todas tienen algo obvio en común: defienden o promueven el miedo y el sufrimiento emocional. Y la experiencia de cualquiera que se atreva a bucear en sus emociones es que “el miedo es irreal”, o dicho de otra forma, que sufrir nunca está justificado.

Todos estos mecanismos de defensa que podríamos llamar “reversos psicológicos”, debido a su exceso de apego, se convierten al final en formas de autocastigo que nos mantienen innecesariamente en el sufrimiento, y pueden ser cosas como:

• No puedo superar esto

• No está bien

• No me lo merezco

• Estoy aburrido

• Estoy cansado

• No tengo tiempo

• No lo podré soportar

• No quiero dejar esta emoción

• No vale la pena

• ¿Para qué?

• etc.

Por otro lado hay mitos sociales que contribuyen a justificar nuestros reversos personales, como los prejuicios contra ciertos grupos sociales, sobre presuntos peligros de leer ciertos libros, o ver ciertas películas – como existía hasta no hace mucho y existe aún en muchos puntos del planeta -, que afortunadamente poco a poco vamos superando, aunque todavía perviven otros, tanto o más peligrosos que todavía pasan demasiado desapercibidos para mucha gente. Quizás dos de los más importantes son:

• Dejar de ser agresivo equivale a ser débil.

• Sufrir por amor es la manera más elevada de mostrar amor verdadero.


“Dejar de ser agresivo equivale a ser débil”

Cuando sentimos odio hacia otro puede que nos cueste darnos cuenta que somos nosotros los que estamos sufriendo mientras odiamos, pero cuando buceamos un poco en ese odio vemos que sólo nos castigamos a nosotros mismos y lo que hacemos mientras mantenemos el odio es cederle el poder sobre nuestro bienestar precisamente a la persona que menos desearíamos que lo tuviese. Sin embargo el odio y la agresividad juegan, como animales que somos, un papel fundamental en nuestra supervivencia, y cuando elegimos conscientemente dejar de odiar, porque comprendemos que es un mecanismo muy limitado y que a la larga nos causa daño a nosotros, puede que surja el miedo a quedar indefensos, pero una vez que nos acostumbramos a funcionar de otra manera vemos que es justo lo contrario: cuando dejamos de odiar (sufrir) –no porque nos lo impongamos, sino porque liberamos nuestro dolor- como hemos dicho, nuestras emociones se aclaran, comprendemos lo infantil y ridículo que es ver a un adulto cabreado como un niño pequeño, y lo más importante, podemos ser más conscientes de los peligros reales y de las medidas objetivamente más eficientes a tomar para evitarlos o mitigarlos. Tememos que al perder nuestra agresividad perdemos nuestra consciencia del peligro, pero en realidad es justamente lo contrario. La conocida frase cristiana de “poner la otra mejilla” ha provocado mucha confusión al respecto al interpretarla en el sentido físico cuando en su verdadero sentido es aplicada al plano emocional: por mucho que me provoques yo elijo mantener mi bienestar interior, lo que no tiene nada que ver con que si tú me atacas físicamente, yo me puedo defender, porque tengo el mismo derecho que tú a vivir y a mantener mi integridad y mi bienestar físico.

Para quienes teman caer en un “exceso de bondad”, la imagen más clara de esto es la actitud del maestro de artes marciales, que cuanto más serenidad interior tiene –más paz interior, más amor hacia sí mismo y hacia su contrincante- más eficiente es en el combate exterior, en la mayoría de las ocasiones, porque consigue que ni siquiera se inicie, al sanar el dolor emocional del potencial agresor que causaba su necesidad de violencia.

El “honor” de sufrir por amor

Cuando sufrimos porque alguien cercano está enfermo o en peligro, por ejemplo, puede que nos surja la culpa de ser egoístas y preocuparnos más por nosotros que por los demás. Pero la pregunta clave en esta situación es:

¿En qué ayuda tu sufrimiento a la persona que quieres?

En la sociedad en la que vivimos, tradicionalmente se ha asociado el sufrimiento con el supuesto amor, elogiando el “sufrir por amor” como la forma más elevada de demostrar amor verdadero, pero si buceamos en el origen de ese sufrimiento NUNCA encontramos el amor como origen del mismo, sino que encontramos culpa, sentimientos de impotencia, odia hacia quien le pueda hacer daño a la persona querida, miedo a que la persona se muera o nos abandone, etc. etc., es decir, dolor emocional. Alabar el sufrimiento justificándolo con el amor es de las cosas más absurdas –por no decir retorcidas- que se pueda hacer, puesto que técnicamente, desde un punto de vista psicológico: El sufrimiento es ausencia de amor.

Y si nosotros sentimos dolor, ¿cómo vamos a ayudar a alguien a que no lo sienta? Si tú sufres por alguien, aunque tu intención sea otra, el hecho empírico es que estás contribuyendo a que siga sintiéndose mal. La vieja supuesta norma de bondad de “el otro antes que yo” es solo un camino al victimismo, que es la otra cara del egoísmo del “yo antes que el otro”. Para dar hay que abrirse a recibir, al igual que para recibir hay que abrirse a dar. Si lo piensas en global, si tú te pones mal para que otro se ponga bien, el balance global es el mismo. La humildad no consiste en ser menos que el otro, sino en valorar al otro como un igual.

Si alguien a tu lado sufre, lo mejor que puedes hacer es dejar de sufrir y sentir tu paz interior para ayudar a que la otra persona siga tu camino. Y además si tú tienes paz interior y energía, tu mente estará mucho más clara para encontrar soluciones armónicas al problema “técnico” que pueda tenerla otra persona.

---María Soledad Peñafiel

jueves, 26 de febrero de 2009

Surge el grupo ALEM

La sabiduría, como la materia está "transformándose" constantemente. Es el cambio constante en la frecuencia de la vibración de la materia, lo que le da movimiento y vida y hace que la materia se manifieste. Verdaderamente sucede lo mismo con la sabiduría. En su evolución, la nueva aplicación de esta, una nueva comprensión y su modificación hacia nuevas ideas y pensamientos, lo que hace de la sabiduría algo útil y al mismo tiempo nos revela nuestra falta de ella.

Como los místicos, filósofos antiguos, que deseaban pulir su tosca piedra bruta, hay en esta era, llena de energía emergente de Acuario, nos impulsa a construir nuestro Templo Personal, en el conocimiento y en la elevación de la conciencia.

El trabajo es arduo, donde prima una sociedad consumista, materialista y despiadada de publicidad que sumergen al ego en la oscuridad de la lucha del día a día, por ello cuando el pedido de los que quieren cimentar su radier en terreno firme, con el conocimiento de los Antiguos Maestros de Sabiduría, donde el misticismo pueda ser práctico, la filosofía y el Don de la Conciencia sean sus bases para restablecer el equilibrio en sus vidas surge el "Grupo ALEM".

"Arcano de la Luz Espiritual y Mística"

Este arcano de luz no tiene más propósito que el desentrañar los misterios y el conocimiento secreto del Mundo Antiguo con la Luz de este nuevo paradigma que es hacer sustentable los principios y leyes de los maestros del pasado; poder realizar la alquimia en tiempos modernos y por sobre todo poner en "práctica" esas leyes y enseñanzas que nos fueron legadas.

Nuestro mundo esta sufriendo grandes cambios, no todos son buenos para el ser humano y por lo tanto, debemos estar preparados con herramientas adecuadas para estos momentos convulsivos. Estos cambios acelerados son para formar una Era Dorada para el futuro, pero el futuro somos nosotros en el "Ahora". Por lo que debemos HOY estar mejor preparados en nuestro desarrollo espiritual y psicológico e ir acorde a la expansión que los tiempos estan requiriendo en una apertura para ir hacia la totalidad, esto lo otorga el limpiar y purificar nuestras viejas creencias sobre la espiritualidad, ya no estan los secretos guardados en las antiguas abadías, ahora estan al alcance de todas en la luz que a raudales nos llega donde podemos conectarnos para despertar esos códigos de luz que cada uno tiene.

Esta es la invitación a la luz para unirse a este grupo de conocimiento espiritual y místico para tener una formación arcana de la sabiduría. Un grupo abierto, fraternal que nos conecte con el poder, el único poder que como humanos en trascendencia podemos aspirar a la ascensión.

Con una visión de unidad y de cambio, se puede lograr alcanzar ese poder único, el Poder de Dios en nosotros y en la humanidad.

jueves, 19 de febrero de 2009

Emociones

La palabra emoción significa y expresa y explica muy bien lo que es: "moción" es movimiento y "e" es hacia afuera.

Por lo cual diariamente y en todo momento estamos ejerciendo un movimiento hacia afuera. Con los pensamientos que son hacia adentro, se vierten hacia afuera para convertirse en realidad.

Miremos a nuestro alrededor lo que para muchos es la lucha diaria, el temor, el dolor, la frustración y el vacío que se pone de manifiesto, para algunos el solo hecho de levantarse al amanecer ya es cansador, por no decir "agobiados", por el trabajo excesivo y el mínimo de recompensa, pudiera ser que los hijos parecen distantes, la pareja se nota ausente, las relaciones fracasan o no son las óptimas. Todo ello hace sentir y palpar la vida en una corrosiva sensación de escases a pesar de lo mucho que acumulamos o lo importante que aprendamos.

Si miramos más profundamente y me siguen para ver cuantos de ustedes interiormente se siente identificados con lo que voy a decir:

Cuando pensaron en casarse, tener hijos se dijeron que serían felices ¿Fueron felices?... cuando encontraron esa pareja maravillosa con la cual compartieron ¿Fueron felices?... Cuantos de ustedes se esperanzaron diciendo "cuando obtenga ese trabajo o viva en esa ciudad y tenga ese estatus económico voy a obtener la felicidad; les pregunto ¿Fueron felices? Cuando obtenga esa mujer o ese hombre, ese puesto (y sea reconocido) esa familia, ese divorcio, etc., etc... Pensaron ¡Así voy a ser feliz! ¿Fueron felices?

Cuantas veces alcanzaron alguna meta soñada, pero al fin se dieron cuenta de que necesitaban algo más y después de conseguir ese algo más; se dieron cuenta que era insuficiente, que al fin necesitaban algo más... y más y más, lo cierto es que podría seguir ascendiendo en la escalera hacia éxito toda la vida y no llegar nunca a encontrar la felicidad y la satisfacción que tanto anhelaban. En esta carrera por ser alguien y obtener algo, acaban decepcionados y sintiendo que no son nada.

¿Saben porque?...

Porque pierde totalmente la visión de ese "algo" maravilloso que llevamos dentro. Ese algo es el poder interno, es el perfecto equilibrio, es el don que nos mueve en la forma de vivir. Ese algo impreciso y fantastico, no está afuera, sino adentro.

Tal vez lo que deseo que perciban y lo que estoy sugiriendo es un camino, una búsqueda...

Es un movimiento en sus emociones internas para producir un cambio. Un cambio que los saque de la rutina diaria y dejar de lado las intrascendentes y caprichosas formas del materialismo vacío e insensato que los margina de la auténtica comunicación con el mundo, la expresión del ser interno en el equilibrio de las fuerzas que ya estan dadas, para obtener y una "victoria" sobre los acontecimientos de la vida y disfrutar de la armonía universal.

Cuando buscamos el camino del éxito con una orientación espiritual, aprendemos a vivir cada instante, en un eterno presente, momento a momento con lo mejor que tenemos, a vivir con las emociones desde el permanente cambio, que nos hace fluir, aprendemos con lo mejor que tenemos a encontrar en la rutina ordinaria lo extraordinario de la vida.

El pasaje por esta encarnación sale caro, si se satura de remotos objetivos futuros, si vamos corriendo en angustia por lo que no tenemos.

Nuestra vida es ahora y estamos lejos de ser maquinas robotizadas por el estrés diario, somos corazones y almas en activa conexión con todos y con el "Todo". Esa conexión es nuestro Ser Interno que hoy clama por disfrutar la felicidad completa. A veces buscamos las cosas en un lugar equivocado y esperamos largamente por encontrarlas. Y cuando no encontramos lo que deseamos sentimos que la vida no funciona, acabando dentro de la frustración. Esto me ahce recordar un cuento que grafica lo que deseo expresar:

Hubo una vez un hombre que perdió sus llaves en el lado oscuro de la calle y fue a buscarlas al otro lado. Cuando alguien le preguntó porque buscaba las llaves de ese lado y no del lado donde habían caído le contestó "porque aquí hay más luz".

Este cuento me hace decir, no busquemos la felicidad donde no está. La felicidad es la emoción de estar bien, dentro de la armonía y el equilibrio interno.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Pasiones

Una alumna me preguntaba, por que siente una fatal atracción por alguien y a pesar de no estar en comunión con ese personaje, no podía dejar de pensar todo el día en el, lo que le impedía trabajar adecuadamente y sentirse contenta, me dijo: "se que no es el amor de mi vida ¿Que me pasa entonces?".

En nuestra incesante búsqueda por amar y ser amados, la pasión entra en juego, como una loca descarriada que brinda nombres inapropiados a los encuentros del alma; produciendo confusiones, equívocos que solo ella, la pasión, engendra.

Las energías que brotan como lenguas de fuego que en su momento quemaran el cuerpo, se traducen en esos flechazos, como el amor que llega por fin a ocupar su puesto. Al final no termina más que siendo una pasión pasajera, ardiente en un comienzo y fatua en el tiempo.

Esta pasión puede durar años, como también solo las horas de un encuentro en la cama. Luego, después de ver nuestra sombra reflejada afuera, el alma herida tiene que reconocer sus equívocos de encandilamiento, solo sostuvo en sus brazos una pasión sin sentido, con vislumbres de amor sincero, rompiendo en mil pedazos el espejo de sus proyecciones.

La pasión arde, mientras más larga es la consumación en la entrega, termina ardiendo en los brazos de la angustia, el dolor, pasando por los sinsabores del miedo y la soledad que se proyecta. Entonces surge la rabia, por tanta estupidez junta. Luego otro encuentro, total, hay que seguir intentando, ponerle el cascabel al gato, que en una de esas le acertamos a lo que por lo menos será un alma compañera. Tapando y encubriendo el vacío del alma, que solo solo se puede llenar con el encuentro amoroso del espíritu y una vez completado en si mismo, el verdadero amor sin codependencias tocará nuestra vida. La única forma de no naufragar en el amor con el otro, es encontrar nuestra propia individuación, lo he podido observar muy duramente tanto en mis alumnos como en mis pacientes y aún más y porque no decirlo, en mi misma.

La pasión amorosa dura poco tiempo y pocos años, todo esto seguido por lo menos de dos años de aflicción y el resto del tiempo la pasamos en penitencia, por ello en clases les digo "El amor es exaltación, aflicción y penitencia".

Hay quienes se recuperan rápido y no vuelven a caer, otros no se recuperan nunca y quedan inválidos de por vida (heridas no sanadas).

Doy por sentado y creo firmemente en el amor; pero a todo le llamamos amor, mancillando y dando un mal sentido a esta palabra, que no tiene nada que hacer con nuestros anhelos, menos con la pasión que solo nos lleva al sexo, confundiendo necesidades y metiendo al amor en un saco de gatos que no son más que pasiones que pululan a través de nuestras carencias.

La palabra amor, es algo sagrado, único y omniabarcante, lo que se siente por alguien es definible sin necesidad de hablar de amor, sin necesidad de abusar del verdadero sentido de la palabra Amor, que vamos a encontrar cuando estemos listos para ello.

Creo que hasta cierto punto las pasiones son necesarias, vivirlas, reconocerlas y aprender de sus lecciones es lo más importante, no siempre será facil darse cuenta cuando es solo pasión y no amor, no será facil entender que es una gran oportunidad de desarrollo que esta presente en el momento mismo que reconocemos sus efectos, que se puede convertir en un maestro de nuestro cuerpo emocional, sobre todo en los momentos cruciales de la vida.

La prerrogativa del alma es ser agente del libre albedrío y por tal solo puede escoger hundirse en el fango del dolor sin sentido en busca de más pasión o elevarse, como el loto que emerge en busca de la luz y el Yo Superior, sanar el alma de las pasiones es vivirlas intensamente, reconocerlas para su integración como algo que pasa por ser necesario para el propio desarrollo.

domingo, 19 de octubre de 2008

Netzach - Amor

La esfera de netzach del árbol de la vida, nos ahce sentir el Amor Divino Superior, se expresa en terminos de la pareja, donde podemos llegar a desarrollar las cualidades de Venus que están en nosotros.

El cuerpo emocional necesita encontrar una identificación física con el otro, encontrar la reciprocidad del amor; en donde el alma se comunica con el alma, donde los hilos del destino nos unan de amantes, amigos, padres e hijos.

El amor que expresa el alma, en sus encuentros van mas allá de tener una relación sexual o ver en el otro la pareja inseparable.

Cuando las almas se reconocen en el amor, este se expresa en todos los niveles, en los distintos planos y diferentes espacios.

En este reconocimiento va de la mano con el aprendizaje, porque hemos sido nosotros que hemos escogido al otro para vivir la experiencia del amor sincero, incluso si resulta o no una relación idílica. las enseñanzas implican desapego, angustia, compasión, entrega y para vivirlas nos colocan en las circunstancias más difíciles, dolorosas o traumáticas, incluye la separación y el desespero. pero nuestra alma ha escogido la lección que le dará la apertura hacia el entendimiento y por ello aquí en la Tierra esta dispuesta a todo con tal de vivir la experiencia consciente o inconscientemente.

Somos fuertemente atraídos hacia ese alguien que nos hace vibrar y llenar nuestro corazón. más allá e todo y de toda sensación externa, es reconocer a nivel del alma primero; después a nivel de las sensaciones e instintos en el cuerpo. Todas nuestras relaciones son kármicas, para bien y mejoramiento mutuo, la comprensión y el enlace amoroso que el alma ha decidido forjar en su encuentro con el otro.

Pero también podemos llegar a tener relaciones kármicas traumáticas y tristes, donde el Gran Maestro entra en el campo de batalla para dar la pelea y luchar con el ego.

La Venus que se moviliza en nosotros es esta Afrodita con su natural sensualidad y como figura arquetípica donde el amor se torna ciego y lo que hemos escogido como pareja no es más que el resultado de nuestras necesidades internas, muy lejos de ser el alma gemela o el amor verdadero.

En vez de rescatar nuestro Amor divino e interno nos vamos especializando en manifestar las relaciones con el otro, abriendo una puerta al abismo de las pasiones insensatas.

El encuentro del amor incondicional e ilimitado, no es parte del amor romántico, el amor único que llena el alma otorgando plena satisfacción es el Amor Divino que se da en los planos superiores por medio de la meditación y el Samadhi.

Nuestro romance tiene que pasar sus etapas de adaptación, aprendizaje, malestar, angustia, además de profunda conexión con el otro. Si ambos han decidido reconocerse en la plenitud del otro y realmente se permiten una oportunidad de crecer hacia algo superior entrando en niveles de intimidad y pasión por eso existe una simbiosis de ser uno, en el crisol de la vida misma terrena, podrá ser otorgado la maravilla de permanecer juntos... como decían los cuentos "y vivieron felices para siempre..." y yo agregaría "se reconocerán en cualquier esfera o plano y a través de las sucesivas vidas por delante que les sean otorgadas..."

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